sábado, 20 de noviembre de 2010

Bella Hélèna

Hélèna

Hélèna mide 85 cm, con lo que su destacable altura hizo que fuera fácil verla, aún medio escondida en aquel destartalado puesto de venta del Marché aux Puces de París-Saint-Ouen.

Hace muchos años ya que perdí los escrúpulos (si puede decirse así) de manipular muñecas u objetos viejos y sucios. Es más, incluso tras ese aspecto de abandono me es fácil intuir el potencial, por lo que el estado no es una razón que haga mermar mi interés.

Sin duda Hélèna necesitaba un baño, pero realmente Hélèna solo necesitaba un baño.

Encontrar muñecas de semejante altura vestidas y calzadas de origen no es habitual. Por esa y otras razones la gran muñeca de Bella se convirtió en candidata a ser mi adquisición de recuerdo en el conocido mercadillo.
Como el vendedor no tenía bolsas del tamaño adecuado, me la entregó en una bolsa de basura.
No pensé en que ese hecho llamara especialmente la atención hasta que tocó volar de regreso y yo no facturaba equipaje. Mi muñeca volaría como equipaje de mano.

Cruzar todos los controles del aeropuerto CDG fue no menos que anecdótico.
Los escáners revelaban una figura de 85 cm, dentro de una bolsa de basura. Uno tras otro, los controladores trataban de desarticular las piernas y brazos de la muñeca, para averiguar si el interior estaba más "limpio" que su vestido o pelo.

Yo no había caído en que tal vez la muñeca transportara algo inadecuado, sin yo saberlo, porque, de ser así, la requisarían pidiéndome toda clase de explicaciones.
Afortunadamente, concluyeron que el polvo era suciedad inocua y la petite Bella pudo volar a su destino donde tomó un buen baño y recuperó su mejor aspecto.

Hélèna

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