Mary Cris, ¡por fin!

Hacía muchos años que iba tras una Mary Cris, pero por una u otra razón no daba con ninguna de mi gusto o de mi bolsillo.
Al fin, un buen día, encontré esta rubiales de largas trenzas a mi alcance. Fue a principios de año en una sala de subastas.

  

Contemporánea de Mariquita Pérez y muy similar a ella, tanto que provocó el disgusto entre las creadoras de aquélla con el fabricante Florido, acusado de hacer ambas muñecas demasiado parecidas en un gesto de competencia desleal. De hecho, es desde esta época que las Mariquita Pérez empezarían a marcarse con su nombre para evitar confusiones.

Con Mary Cris pasa como con algunas muñecas que no van marcadas (Pierina o Maricela, por ejemplo), que erróneamente se utiliza su nombre como comodín para llamar así a otras muñecas sin identificar o al menos sin nombre conocido.

La escasez de información no ayuda, está claro, pero la falta de rigor me desconcierta.
Opino que no es ningún crimen la imposibilidad de identificar una muñeca. En cambio, sí es cuestionable asegurar que una muñeca corresponde a cierto modelo faltando a la verdad.
Esto sucede muy a menudo, a veces por ignorancia pero a veces por mala fe, lo que me apena.

Mary Cris, fabricada por Florido en los años 40, incluso ha de ver cómo incorrectamente se le cambia el nombre a Maricris o Mari Cris, pero su nombre confirmado es MARY CRIS.
En las cajas en que se servía esta bonita muñeca se puede apreciar claramente el nombre escrito en ella, con lo que no cabe duda. Sirva para muestra esta magnífica Mary Cris que se vendió con su caja hace tiempo, que fue la que me dió el dato:

No va marcada, pero se distinguen los rasgos característicos del fabricante Florido: manos, piernas, facciones o maquillaje. 

Su cuerpo es algo más esbelto que el de Mariquita, sin llorón, con un contorno de cintura de unos 20 cm y una altura de aproximadamente 45 cm.

Mary Cris, por fin, ha llenado el hueco que le tenía reservado en mi colección, al lado de mis otras muñecas de cartón piedra.